sábado. 10.06.2023
Informe “Plastívoros. La verdad sobre el ingrediente más tóxico de nuestra alimentación”

La industria del plástico genera entre el 30% y 40 % de emisiones de gases de efecto invernadero

Un estudio de Amigos de la Tierra revela que el plástico es uno de los mayores obstáculos para cumplir el Acuerdo de París y combatir el cambio climático, porque la industria que lo desarrolla y aprovecha es responsable de entre un 30% y un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La asociación ecologista señala que el plástico y sobre todo los microplásticos están presentes en los mares y las cumbres montañosas, pero también en los suelos agrícolas e incluso la comida

plasticos

El estudio “Plastívoros. La verdad sobre el ingrediente más tóxico de nuestra alimentación” ha sido elaborado por las asociaciones Amigos de la Tierra y Justicia Alimentaria.  Y en él, además de la responsabilidad en las emisiones, señala que el plástico juega un papel destacado y está presente en múltiples sectores, desde la contaminación en zonas industriales hasta las aguas residuales, pasando por la agricultura, lo que implica impacto en la alimentación, la salud o los ecosistemas.
El informe señala también que la contaminación microplástica en la tierra podría ser hasta 23 veces mayor que en el océano y apunta que, de hecho, aproximadamente el 80 % de la contaminación por microplásticos en el océano proviene de la tierra.
En España se producen cada año casi 4 millones de toneladas de plástico. Esto se debe a que los aditivos químicos que se añaden en el proceso de producción y que confieren características diferenciadas, hacen posible la infinidad de usos que conocemos. Sin embargo, entre estos más de 4.000 aditivos que se añaden al plástico se encuentran sustancias tóxicas, persistentes y bioacumulativas, con efectos perjudiciales para la salud y para el medioambiente.
La contaminación y la introducción masiva de microplásticos en nuestra tierra, con sus aditivos tóxicos de alta durabilidad (la durabilidad del plástico acostumbra a ser superior a una, dos e incluso más generaciones humanas), altera nuestros suelos provocando un grave impacto en nuestra alimentación, salud y ecosistemas.
El sector que más consumo de plásticos presenta actualmente es el agroalimentario, un 25% del total. Es decir, uno de cada cuatro kg de plásticos usados en nuestro país está relacionado con los alimentos, y un 6% corresponde a la producción agrícola. Este porcentaje supone toneladas de plásticos.
En España estamos hablando de más de 220.000 toneladas anuales de plasticultura. Si transformamos esa cifra en algo más visual, por ejemplo, en bolsas de plástico, obtenemos que el sector agroganadero utilizaría 40 000 millones de bolsas de plástico que, extendidas en el suelo, corresponden a la superficie de la Comunidad Autónoma de Madrid.

pez plástico
La producción de frutas y verduras en el actual sistema alimentario (basado en una agricultura industrial y globalizada) parece inimaginable sin plástico. Pensemos que todos los sistemas de riego, invernaderos y túneles están hechos de este elemento; las redes de plástico mantienen a las aves fuera de los árboles; campos enteros están cubiertos con láminas para calentar el suelo y extender la temporada de cosecha.
No obstante, todo parece indicar que la mayor puerta de entrada de microplásticos a los suelos agrarios — más allá de los residuos generados por la misma actividad agrícola— se encuentra en el uso de los lodos de depuradora como fertilizante. La práctica totalidad de los microplásticos arrastrados por la actividad doméstica, industrial o agraria acaban en los lodos de depuradora y, de ahí, la inmensa mayoría son vertidos a los campos agrarios. A nivel estatal, esto corresponde a más de 17 000 toneladas anuales de microplásticos vertidos en nuestros suelos agrarios. Lo que equivale a más de 3 000 millones de bolsas de plástico de supermercado.

Ingerimos 5 gramos de plástico a la semana
“No es conveniente suponer que todas esas toneladas de plástico que se acaban inyectado en nuestros suelos son inocuas; al contrario, afectan significativamente a los ecosistemas y la salud de la población. Nuestro sistema alimentario se está viendo interferido por miles de toneladas de plásticos que directa o indirectamente llegan a nuestro cuerpo y afectan a nuestra salud” afirma Jordi Menéndez, responsable de acciones de Justicia Alimentaria.
Los micro y nanoplásticos entran en contacto con el ser humano a través de la piel, del aire que respiramos o de todo aquello que ingerimos. Los nanoplásticos son capaces de introducirse en las células y provocar cambios al bloquear o alterar procesos celulares. De hecho, estamos consumiendo alrededor de 2 000 pequeñas piezas de plástico cada semana, aproximadamente 21 gramos al mes, poco más de 250 gramos al año. Esto es el equivalente al peso de una tarjeta de crédito a la semana, 5 gramos.
El problema de la sobreproducción de plástico es ahora reconocido en todas las esferas de la vida social y política. Sin embargo, el informe denuncia cómo las empresas productoras de plásticos y sus asociaciones empresariales intensifican sus esfuerzos para retrasar, debilitar o tumbar cualquier intento de avance legislativo encaminado a reducir la producción de plásticos y a establecer obligaciones para las empresas en materia de reducción o gestión de residuos. De hecho, señalar a la ciudadanía como responsable de la gestión de los residuos plásticos suele ser una de las principales estrategias.


 

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