sábado. 10.06.2023
El Caso Osoro – Belda 9

LA GRAN MENTIRA DE LOS DENUNCIANTES V

Parece el cuento de nunca acabar. Desde aquí trasmitimos a los jueces españoles – con cada vez más mujeres brillantes, por cierto, como en la fiscalía- nuestra felicitación por su paciencia. El caso Osoro – Belda está lleno de chafalladas: denunciantes que intentan esconder la mano tras volver a tirar la piedra, verdades a medias o directamente falsedades, tasaciones descomunales a ver si cuela, testigos que pugnan porque no los llamen a declarar, que eso les compromete, sacerdotes que se empoderan a su libre albedrío

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Y enfrente, honorables investigados que amparados por la ley tomaron decisiones adecuadas por el bien de las Fundaciones civiles. Vocablos como “enloquecer” explicarían mejor el comportamiento de algunos que por salvar a su jefe  - canónico – lo enfangan en un lodazal. Los lectores de este embrollo agradecen la brevedad tanto como los testimonios y las pruebas,  modestamente intentamos servir a la “verdad”.

Trapacerías

Dígannos si no es una trapacería procesal que el IV Conde del Val, vista la inutilidad de su apelación al Juzgado 24, incluida la posterior ratificación por la Audiencia, decida ceder el testigo a María Dolores Benito, para que en compañía de “otros” y con el mismo contenido de la querella, ya rechazado por el Juzgado 24, incoara nueva denuncia esta vez ante el Juzgado de Delitos Económicos y se iniciara un nuevo procedimiento de diligencias previas en otro juzgado; así lo recoge la fiscal, si esto no es fraude procesal “que venga Dios y lo vea”. Los feligreses constituidos en una “banda de denunciantes”, a ver qué sacan de todo esto, por lo pronto enredar a la Justicia Española. Lo que no volverá el conde a presentar es la “tasación catalana” que multiplicaba por tres el valor de los activos, no sabemos cómo no se les cae la cara de vergüenza. Primero el galimatías:   

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Y luego redundando idéntico corolario: los mismos hechos denunciados dos veces, si quieres caldo, toma dos tazas, no hay palabras para tanto atrevimiento: 

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¿Se acuerdan de los Molina Padilla?

Un poco de memoria por favor, era aquella familia unida en torno a un negocio común, la Fundación Molina Padilla que lleva el nombre de sus antepasados. Patronas que cobran salarios como directivas auto contratadas, disfrutando pisos como oficina o vivienda sin pagar el alquiler, curas alojados a buen precio y qué casualidad, a cambio, como contraprestación o un simple gesto amable, se concede un contrato en el Instituto Teológico Madrileño a la administradora de la Fundación, todo muy pedagógico, no en vano el objetivo fundacional es conceder becas de estudio. Como es lógico el Delegado Episcopal de Fundaciones intentó poder orden, que se cumpliera la Ley de Fundaciones que sanciona taxativamente estas malas prácticas que se habían llevado en la Fundación por patronos y administradores, al no cumplir tampoco con las cantidades que se estaba obligado a entregar anualmente como becas, el 70% del presupuesto anual, - cuatro años seguidos incumpliéndose - mientras la dirección se había subido el salario desmesuradamente. Eso, una desmesura.

Por estas trapacerías, evacuada consulta y vista la Resolución del Protectorado dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte -así se llamaba- del 16 de abril de 2018, que es muy clara con respecto a las personas que en la misma se citan: “Desestima la solicitud a posteriori, solicitada para subsanar la falta de autorización   previa en los supuestos de autocontratación de Doña Gema Isabel Molina Gallardo, Doña Marta Herrero Molina y Don José Manuel Sánchez-Molina….En consecuencia , desde la recepción de la presente resolución no podrá seguir abonándose a las patronas Doña Gema Isabel Molina Gallardo, Doña Marta Herrero Molina, las retribuciones que actualmente perciben de la Fundación” . Lo que hicieron entonces ellas es renunciar a ser Patronas y quedarse como trabajadoras para percibir los altos salarios que se habían aprobado ellas mismas. “Con respecto a D. José Manuel Sánchez-Molina, se le concede un plazo de un mes desde la recepción del presente escrito para que presente su renuncia a la condición de patrono”….”Todo ello sin perjuicio de la posibilidad de entablar la acción de responsabilidad contra estos patronos a solicitar de la autoridad judicial su destitución”. Como es lógico la Fundación Molina Padilla puso una querella contra los presuntos falsarios que hasta entonces dirigían y patroneaban la Fundación Molina Padilla. Compete al Juzgado 10 de Madrid.

Un cónyuge también trapacero

De don Carlos Herrero, cónyuge de doña Gema Isabel Molina no tenemos nada que decir más que aquello que la Fiscal dice de su manera de proceder, contraatacó poniendo una querella contra el Delegado Episcopal de Fundaciones que fue ampliando “con base a artículos periodísticos que relataban el devenir de la causa”. Señorías de los Juzgados 10, 24, 28 y 51 de Madrid, tengan mucha calma, porque esto clama al cielo. Otra vez “artículos periodísticos” como motivo de una querella, ¡hala¡ España es jauja para los querellantes.

Lo que ocultó el muy cuco fue la existencia del otro procedimiento contra su esposa, denunciada por su Fundación por “administración desleal” y las razones aquí expuestas y ya relatadas con cierta prolijidad en otro artículo. Pero mejor lean a la Fiscal:            

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En resumen, amigos lectores, serán piadosos feligreses, no lo ponemos en duda, aunque así a vuelapluma ejemplares no son, pero como denunciantes mienten por activa o por pasiva. 

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