Parece una opinión. Pero es muy interesante que los lectores no se fíen de las opiniones, sino del curso de los hechos y los documentos que los sostienen. Sólo así resplandecerá la verdad y con ella el honor arrebatado por un sinsentido.
El IV Conde del Val, apela
Pues dejamos al IV Conde del Val compuesto y estupefacto leyendo el auto de la jueza del 24 de Madrid que inadmitía su querella, pensaba para sí, “si los periódicos dicen que la Residencia e instalaciones anexas de la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio valen 150 millones de euros, cómo cuatro tasadores no la valoran más que en 29 millones?”, hizo un recurso de reforma y lo perdió, la conclusión era obvia, “aquí hay gato encerrado”, “buscaré un tasador a mi gusto” . Y lo encontró. El tasador es un tal Miguel Lorente Sibila, domiciliado en Barcelona.
Ya la jueza había advertido al conde que él no era arte ni parte en esta historia, ni perjudicado ni agraviado, que ser descendiente de un conde no te da derechos añadidos sobre los legados del antepasado, que solamente la acción popular podría valer para personarse con causa en un asunto de esta naturaleza. Pero erre que erre, una vez rechazado el recurso de reforma, apela, tiene una nueva y sorprendente valoración como argumento
Según se verá en los datos adjuntos, el señor Lorente Sibila, hace una valoración alejada de la de los periódicos pero contundente, 87.169.600 euros. Con ese documento en la mano el Conde se dispone a apelar. La diferencia, como ven los lectores y él afirma en su apelación es de más de 57 millones de euros, “un escándalo” piensa para sí.
Una valoración descabellada.
Si ya era extraño que cuatro tasadoras de primer nivel, sociedades muy reputadas, tasaran entre 25 y 29 millones el valor de la Residencia y terrenos anexos, que aparezca un outsider catalán – queremos decir, alejado del mercado inmobiliario madrileño – y tase en el triple del valor estimado de mercado es que el “gato encerrado” probablemente esté en otros lares. Como es lógico no vamos a entrar en disquisiciones técnicas sobre las opiniones de un tasador que firma a título privado, pues su empresa no firma el documento que presenta; no nos corresponde aseverar si la rasante, el vuelo del tejado o la casa del cura son elementos concordantes para el resultado final de la descabellada propuesta de tasación del catalán. Pero Jueza y Fiscal se ponen de acuerdo, afortunadamente el complejo entramado de la justicia en España, garantista y prolijo, permite que las administraciones se impartan socorro mutuo para destejer los enredos. Así que se solicita informe de valoración a la Administración Tributaria de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Un párrafo definitivo
Leemos en el escrito de la fiscalía un párrafo definitivo, la fiscal Scharfhausen está hablando de otra cosa, de la conveniencia o no de juntar las causas en un único juzgado por economía procesal y el consecuente ahorro de costes. Y entonces nos revela la tasación exacta, la de la autoridad tributaria:
A ver si queda claro de una vez:
Los activos de la calle Conde del Val, de la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio se enajenaron en un precio el 44% superior a su valor, 25,691 millones tasados por la Comunidad de Madrid, y 37 millones de euros precio de venta.
Y los activos de la Fundación Fusara, valorados igualmente por la Administración Tributaria madrileña en cerca de 83 millones de euros, se enajenaron en 74 millones, un 10% menos de su valor, pero ya advierte la fiscal “se hizo constar en el proyecto presentado al Patronato sobre esta operación que la venta del conjunto de todos los edificios en bloque podría conllevar una minoración en el precio, pero aseguraría el éxito de la operación”
Sí amigos lectores, sin acritud, sin palabras mayores, han creado “el Caso Osoro – Belda” de la nada, la torpeza del Arzobispado a través del defensor Belda dando publicidad a las querellas de unos supuestos perjudicados, que se tenían que haber resuelto en los tribunales simplemente con documentos, testimonios y pruebas, se transformó en un escándalo innecesario e injusto que tanto daño ha hecho.
El primer perjudicado: el Cardenal Osoro
Que se hayan tenido que publicar documentos de los patronatos y de los autos judiciales, y una carta suya reconociendo la legalidad y conveniencia de lo actuado, lo deja en una posición muy delicada. Lo que debe es reconocer con claridad y contundencia la honorabilidad de sus inmediatos allegados, los que consiguieron “el éxito de la operación”, en palabras de la Sra. Fiscal.
El segundo perjudicado: Javier Belda
Sacerdote Javier Belda, metomentodo sin poderes, la que has liado. “Quien como Dios” se denomina su empresa. Que no te tenga en cuenta el daño que has causado a excelentes profesionales y hombres de la Iglesia
Los grandes perjudicados
En ellos nadie piensa. En los ancianos de la Residencia de la Santísima Virgen y San Celedonio; en los huérfanos y escolares necesitados de los colegios; en los que los cuidan y enseñan en su caso. Darles seguridad y futuro era lo que pretendieron los Patronatos al autorizar la transformación de los activos.