Pero el Cardenal Osoro y su ad látere Javier Belda no tienen más poder que el conferido por el sacerdocio y el episcopado que han recibido. No lo tienen para cambiar ni burlar la ley, esta es contundente y con ella se hace justicia.
El Cardenal lo sabía todo
Preocupado por las presiones de los feligreses de San Jorge, el arzobispo ha “dejado caer” que él no conocía las operaciones de transformación de activos de las fundaciones que preside. Lo ha hecho de manera indirecta en la voz de comunicados de las fundaciones o de su director de comunicación, que decidió alcanzar su “minuto de gloria” haciendo declaraciones personales sobre el asunto.
De manera harto patética el Cardenal Osoro se desmarcaba de las decisiones de los distintos Patronatos de las Fundaciones que preside alegando que “no estaba al tanto de las decisiones”. También lo hizo en un comunicado de la Archidiócesis de Madrid fechado el 3 de diciembre de 2020, en que dice
..//..“En el caso de las fundaciones Santísima Virgen y San Celedonio y Fusara, si bien la presidencia corresponde al arzobispo de Madrid, tal función siempre ha sido desempeñada por un presidente delegado”…//..
Y continúa
“el arzobispo decretó la apertura de una investigación canónica sobre el ejercicio de la autoridad delegada y la información facilitada sobre los motivos que hacían “necesarias” esas operaciones”.
Y Osoro, que sí estaba al tanto de todo, le encarga la investigación canónica a Javier Belda, sacerdote y abogado, cuya única experiencia conocida es la defensa de religiosos por abusos de menores.
Belda, según fuentes consultadas por este medio, empezó a tomar decisiones, a dar órdenes, a pedir acatamiento, y a amedrentar a todo aquel que cuestionaba su autoridad.
Belda sin poderes
Quizás lo que más llama la atención en un profesional del derecho es que sitúe la prepotencia por encima de la ley. Tal como recoge una información de la Consejería de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid – pdf adjunto – en el Registro de Fundaciones consta el intento del sacerdote de inscribir sus poderes sin tener la representación legal pertinente. Esto es de especial gravedad e indicio de la chapuza con que Javier Belda intenta hacerse con el poder de las Fundaciones sin tener más que la voluntad de su presidente Cardenal Osoro, como si las Fundaciones fueran del Cardenal¡, y no correspondiera al Patronato y en su caso al Protectorado aprobar nombramientos y decisiones.
Increíble, Belda ha tomado todo tipo de decisiones, como despedir o limitar poderes a secretarios y gerentes sin estar facultado para ello, por eso todas las actuaciones que este atrevido sacerdote ha iniciado en la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio desde noviembre de 2020 son ilegales. Llama la atención en el escrito que firma la Jefa de Servicio, Lourdes López Muñoz, que la solicitud de inscripciones de un nuevo secretario en la persona de Javier Belda, y de un nuevo gerente, están firmadas por el propio Javier Belda¡ sin acreditar representación alguna¡¡
Por eso la jueza dicta una Providencia en la que recaba información sobre este particular, requiriendo a la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio las Actas de las reuniones de los patronatos celebrados desde el día 1 de noviembre de 2020 hasta hoy; y libra mandamientos al notario correspondiente para que aporte la Certificación que el mismo Belda se concede y adjunta a un poder general para pleitos otorgado por la Fundación en su favor, y al Registro de Fundaciones, para aclarar la situación de los patronos de la misma, como veremos a continuación dos no renovados y sin quórum suficiente para que el Patronato tomara decisiones.
¿Qué pasará por la cabeza de esta lumbrera para llevar a su cliente Osoro, responsable como presidente de la Fundación, a este dislate? ¿Creen que la ley no está para cumplirla? Como es lógico se trataría de un error subsanable, “acredítese, vuelva a intentarlo buen hombre” le dirán desde el Registro.
Si acaso tendrá, como decíamos, un problema que se detecta en el siguiente párrafo, que en mayo de 2020 cesaron dos patronos que no fueron ni renovados ni substituidos por otros, - ya el Secretario había apercibido en sucesivos correos electrónicos al Cardenal, a Belda y a los patronos, de que incurrían en ilegalidad si tomaban decisiones sin que el Patronato estuviera constituido con los miembros necesarios para ello- por lo que la funcionaria advierte:
“conforme a lo expuesto, si no se produjo la renovación de los mandatos de don Alberto Andrés Domínguez y de don Juan Carlos Vera Vallejo, como patronos en reunión de Patronato anterior a 28 de mayo de 2020, deberán tener en cuenta que a fecha 13 de noviembre de 2020 – reunión de Patronato a que hacen referencia las tres solicitudes de inscripción de Javier Belda – no existía un mínimo de tres miembros en el Patronato, tal como exige el artículo 12.1 de la Ley 1/1998 de 2 de marzo, de Fundaciones de la Comunidad de Madrid y los estatutos fundacionales, por lo que no era posible la válida la constitución del patronato. Y por tanto, los acuerdo adoptados a tal fecha, 13 de noviembre de 2020, no serían válidos al no ajustarse a la legislación vigente ni a los Estatutos de la Fundación”.
De todo estos son conocedores, como decíamos, por advertencia previa del secretario, han actuado con previo conocimiento de causa, en nuestra opinión instalados conscientemente en la ilegalidad. Tremendo.
Osoro en la inopia
Esperamos que el Cardenal Osoro sea ajeno a la importancia legal de este tejemaneje de irregularidades que su representante lleva a cabo. Nada es normal en el Arzobispado desde que desembarcó el abogado Belda. Pero el Cardenal, es el responsable último de las consecuencias que tenga el asunto, en calidad de presidente de la Fundación. Si antes, con decisiones aprobadas por el Patronato por unanimidad, como la necesaria trasformación de los activos, decía que no las conocía, ahora que se celebra un Patronato no válido, imaginamos que tampoco las conocerá.
Nada bueno para la Iglesia. Cardenal, estamos en cuaresma, tiempo de penitencia. Pronto celebraremos la Pasión y Muerte del Señor. Recuerde a lo que se dedica, Cardenal, para lo que realmente tiene poderes, y su obligación de verdad. Cardenal, abra los ojos, Belda no es la solución, es el problema.