La Casa de Espiritualidad Betania, en San Juan de Aznalfarache- Sevilla, acoge durante estos días, el VII Capítulo General de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca. Un espacio de encuentro y reflexión para la revitalización espiritual y apostólica del instituto, bajo el lema “Hermanos Testigos y mediadores de Dios”. En esta ocasión, participan un total de 29 hermanos capitulares procedentes de España, Venezuela, Marruecos y Argentina.
En estos primeros días, ha habido un retiro espiritual, dirigido por el Cardenal Amigo Vallejo y se ha leído la relación al Capítulo General y dado a conocer las memorias de la Comisión de Economía, Gestión de Centros y Fundación Cruz Blanca. Asimismo, en el día de ayer, domingo 19, el Arzobispo Secretario del Dicasterio para la Vida Consagrada de la Santa Sede, monseñor José Rodríguez Carballo acompañó a los participantes en el capítulo durante toda la mañana con la celebración de la Eucaristía, reflexionando con los capitulares sobre el momento actual de la Vida Consagrada y animándolos a ser testigos y mediadores del amor de Dios, mientras que por la tarde los distintos grupos comenzaron el estudio de los documentos capitulares. Asimismo, el capítulo continuará a largo de estos días con nuevos espacios de encuentro y reflexión entre los hermanos.
La congregación
Los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca son un instituto religioso católico de derecho diocesano, fundado por Isidoro Lezcano Guerra y erigido canónicamente en 1989 por monseñor Carlos Amigo. La congregación se organiza en Casas Familiares, que son pequeñas residencias donde viven religiosos y enfermos, acompañados por voluntarios, intentando crear siempre un clima familiar de hogar. La congregación cuenta con una fundación, la Fundación Cruz Blanca, que es una organización privada, sin ánimo de lucro, de naturaleza fundacional creada por los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca para cohesionar su acción social.
La misión tanto de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca como de la Fundación Cruz Blanca es colaborar en la construcción de una sociedad más justa y fraterna, ofreciendo espacios en los que se promueva, defienda, cuide y celebre la vida, facilitando el desarrollo integral de las personas más vulnerables. Así, la congregación tiene como objetivo ser para la sociedad un referente en el trabajo con colectivos vulnerables, desde el pensamiento humanista cristiano, permitiendo la participación de todos los miembros de la sociedad, a través de acciones de intervención, formación y sensibilización social.