sábado. 10.06.2023

El papa Francisco anima a las personas mayores a que “transmitan la fe a los más jóvenes”

En su mensaje para la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores que se celebra el 25 de julio, el papa Francisco subraya también que la vocación de la tercera edad es «custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños”.

“Yo estoy contigo todos los días (cf. Mt 28,20). Es la promesa que el Señor hizo a sus discípulos antes de subir al cielo y que hoy te repite también a ti, querido abuelo y querida abuela. A ti. “Yo estoy contigo todos los días” son también las palabras que como Obispo de Roma y como anciano igual que tú me gustaría dirigirte con motivo de esta primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores”. Estas han sido las palabras con las que el papa Francisco ha comenzado el mensaje difundido en el día de hoy con motivo de la celebración de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, que se celebra el próximo mes de julio.

 

A las personas ancianas, el Pontífice les recuerda que "toda la Iglesia está cerca de nosotros y se ha referido a la pandemia como una "dura prueba que ha caído sobre la vida de cada persona, pero que nos ha reservado un tratamiento especial, más duro, a los ancianos. Muchos de nosotros se han enfermado, y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo”. 

 

El Papa afirma que “se necesitan ángeles para devolver los ‘abrazos y las visitas’ a los ancianos. Y recuerda que "en algunos lugares todavía no es posible". En la oración escrita para esta primera Jornada Mundial, el Santo Padre invita a agradecer al Señor el consuelo de su presencia, "incluso en la soledad". “En este tiempo hemos aprendido a comprender lo importante que son los abrazos y las visitas para cada uno de nosotros, ¡y cómo me entristece que en algunos lugares esto todavía no sea posible!, señala el papa Francisco en su mensaje.

Francisco introduce así el segundo tema de su mensaje, tras el del ángel consolador: la vocación de los abuelos y los ancianos, que es la de "custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños". Y lo subraya: “No importa la edad que tengas, si sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos. Es necesario ponerse en marcha y, sobre todo, salir de uno mismo para emprender algo nuevo”.

Asimismo, el papa retoma cuanto escribió en su encíclica Fratelli tutti, esperando que esta crisis ligada a la pandemia, "no haya sido otro grave acontecimiento histórico del que no hayamos podido aprender". Para que "un dolor tan grande no sea inútil" y podamos dar "un salto hacia una nueva forma de vivir", afirma el Papa, dirigiéndose directamente al abuelo y al anciano:

“En esta perspectiva, quiero decirte que eres necesario para construir, en fraternidad y amistad social, el mundo de mañana: el mundo en el que viviremos – nosotros, y nuestros hijos y nietos – cuando la tormenta se haya calmado. Todos somos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas’”

 

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